miércoles, 29 de mayo de 2013

La ciencia del respirar y Energía en el yoga



 La ciencia del respirar y Energía en el yoga 



la manifestación de la energía divina en el yoga siempre mantiene un estadio de manifestación individual como universal. y esta se vivencia , se desprende desde la ciencia de la respiración en esta etapa de la enseñanza del yoga milenario compartiré extractos de un libro muy interesante llamado: "CIENCIA HINDÚ YOGUI DE LA RESPIRACIÓN " ya que la respiración es muy fundamental y necesitamos entenderla  y  comprenderla  empesaremos con el capitulo 2 del libro llamado:

Respirar es vivir 
primera 
parte






La vida depende en absoluto del acto de respirar. Respirar es vivir.
Por más que puedan estar en desacuerdo sobre detalles de teoría y terminología, los orientales y
occidentales admiten estos principios fundamentales.
Respirar es vivir, y no hay vida sin respiración. No solamente los animales superiores basan la vida y salud en el respirar, sino que hasta las formas más inferiores, incluso las plantas, deben al aire su existencia.
El niño hace una larga y profunda inspiración, la retiene un momento para extraer de ella las propiedades vitales, y la exhala en un lento vagido; así da principio su vida sobre la tierra. El anciano da un débil suspiro, cesa de respirar y la vida llegó a su término. Desde el suave soplo del niño hasta el último suspiro del moribundo, se desarrolla una larga historia de continuas respiraciones.
La respiración puede considerarse como la más importante de las funciones del cuerpo, porque de ella
dependen indudablemente todas las demás. El hombre puede vivir algún tiempo sin comer; menos, sin beber;
pero sin respirar, su existencia continúa solo muy pocos minutos.
No solamente el hombre depende de la respiración para vivir, sino que también y en gran parte de los
hábitos correctos de respirar, que son los que han de dar vitalidad perfecta e inmunidad contra las
enfermedades. Un contralor inteligente del poder de respirar prologa nuestros días sobre la tierra dándonos
una suma mayor de resistencia, mientras que una respiración descuidada tiende a disminuir nuestros días,
decrece nuestra vitalidad y nos coloca en condiciones favorables a ser presa de las enfermedades.
El hombre, en su estado natural, no tuvo necesidad de que le suministraran instrucciones para respirar,
y de la misma manera que el animal inferior y el niño, respiraba natural y debidamente, según los designios de
la Naturaleza; pero en eso también ha sufrido la influencia modificadora de la civilización. Ha contraído
costumbres y actitudes perniciosas en el caminar, pararse y sentarse, que le han despojado del derecho
primitivo de una respiración correcta y natural. Ha pagado un precio muy elevado por la civilización.
En la actualidad, el salvaje respira naturalmente, a no ser que haya sido contaminado con los hábitos
del hombre civilizado.
El porcentaje de los hombres civilizados que respiran correctamente es muy reducido y el resultado
puede observarse en los pechos contraídos, en los hombros caídos y en el espantoso aumento de las enfermedades de los órganos respiratorios, incluyendo el terrible monstruo de la consunción, el azote blanco.
Autoridades eminentes han asentado que una generación de respiradores normales regeneraría la raza y que

la enfermedad sería rara que al manifestarse la considerarían como un objeto de curiosidad. Si se estudia el asunto se observará que la relación entre la respiración natural y la salud es evidente y explicable, sea que lo consideremos bajo el punto de vista oriental u occidental.








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